un accidente que me transformó
a veces los momentos más trágicos se convierten en los más dulces encuentros
hay días que tengo poco que expresar, días en los que las palabras sobran, días en los que cuesta mucho decir porque esos días son de mucho sentir.
alguna vez escuché que dejarte sentir es fijar algo en el cuerpo, que dejarte sentir es crear estructuras fijas, crear historias que pueden limitarte en la vida, pero yo creo que dejarte sentir te da espacio para conocerte, para saber a dónde y cómo quieres moverte porque no siempre requerimos lo mismo.
creo genuinamente que las emociones (emotion en inglés) son energía en movimiento, que nada se queda para siempre en el ser ni en el cuerpo si la dejas fluir y permitirte sentirlas sin apego, desde un espacio neutro.
pararte a sentir lo que sientes es reconocer lo que tu cuerpo y tu ser te están comunicando, es saber a dónde dirigirás tus siguientes pasos, el ritmo en el que vas a hacerlo y la manera en que elegirás hacerlo.
hace 7 meses tuve un accidente de tráfico el cual resultó en una rectificación cervical, una fractura en la meseta tibial de mi pierna derecha y diversas contusiones que modificaron mi postura, mi percepción corporal y mi manera de moverme.
el primer mes después del accidente no podía moverme sin ayuda, ni aún dentro de casa. mi amiga con quien vivo hacía por mí y conmigo cada cosa básica; la comida, la ducha, acomodarme la almohada, secarme el pelo y ponerme crema en el cuerpo como yo estaba acostumbrada a hacerlo. estar de pie, subir y bajar escaleras era solamente frustración; mareos, temblor en las piernas, y la horrible sensación de no poder ni saber sostenerme a mi misma.
la doctora Teresa Zalasar dice que nuestro cuerpo esta ligado a nuestra propia composición emocional, que lo que sentimos en el ser afecta al cuerpo y lo que el cuerpo siente afecta al ser, que una vez que nos permitimos estar presentes con esas sensaciones podemos liberarlas y -como lo diría yo- sobre crear nuestro cuerpo.
al ver todo lo que era incapaz de hacer tenía mucho miedo de estar obligada a parar, a tener que dejar de golpe la vida que estaba construyendo, a no poderme cumplir las expectativas que me había trazado, tenía miedo de tener que pararme y tener que sentir todo el dolor que venía cargando; ya no solo el físico que resultó después del accidente pero el emocional que pesaba tanto en los hombros después de experimentar dos de las separaciones más dolorosas que he vivido.
traté de evadir el momento, quise forzar a mi cuerpo a moverse como estaba acostumbrada a hacerlo antes del accidente; me comprometí a hacer cosas que me fue imposible cumplir, coordiné algún evento, dije que sí a cosas que quería decir que no, intenté practicar barre en casa y en nada de eso tenía éxito; no se sentía bien ni el corazón ni el cuerpo.
para el tercer mes después del accidente sentía mucho dolor físico y emocional, era demasiada frustración acumulada porque no sabía cómo moverme físicamente, pero tampoco en la vida, tenía que dar espacio para conectar con nuevas formas, deconstruirme para después elegirme desde un espacio diferente, me permití ser y sentirme frágil, vulnerable.
elegí vivir un paso a la vez, así que el movimiento mas sencillo que me iba a regalar era continuar asistiendo a mis sesiones de rehabilitación, reír con los fisios que me trataban (y aún me tratan), después dar un paseo por el centro de la ciudad de Granada observando todo a mi al rededor como si fuese la primera vez que lo veía y volver a casa para hacer lo justo. cambié mi método de escritura y elegí ser más honesta, más vulnerable conmigo misma y comenzar a verme un poquito más (con el método que les conté en la carta anterior), me regale espacios para sentir todo lo que sentía y lo dejaba ser así tal cual era, sin juzgarme por lo que fuera que estuviera sintiendo, me permití llorar, gritar, reírme de mí y mis elecciones pasadas, me permití extrañar, inventarme el amor una vez más sin importar como se viera todo eso y en el proceso descubrí que después de dejarme sentir todo lo que sentía en cada momento siempre terminaba convirtiéndose en un “gracias porque hoy estoy aquí” entonces me di cuenta que es verdad cuando dicen que la gratitud neutraliza, que la gratitud no tiene juicio simplemente te permite estar y darte cuenta de todo lo que tienes y eres, que la gratitud es un espacio seguro, es la calma en medio del caos.
comenzar a verme y sentir desde esta neutralidad me permitió darme el espacio para transformar lo que ya no estaba funcionando y ver que el accidente simplemente me estaba mostrando que requería cambiar el ritmo, la forma en que estaba viviendo y el para quien lo estaba haciendo.
tras todo el caos interno y externo que trajo consigo el accidente comencé a vivirme, a verme más y descubrí como sostenerme y dejarme sostener, y al tiempo en que mi rodilla iba mejorando mi corazón y mi intuición también.
en julio vi mis ojos brillar por primera vez después de un largo tiempo de haber estado apagados, en agosto elegí despedirme del amor que me inventé en abril para ahora comenzar a vivir uno real conmigo misma, en septiembre mis piernas cogieron fuerza y mis elecciones alineadas a la vida que sueño también, en octubre me estoy permitiendo sentir y soltar todo lo que se tiene que marchar, pero abrazar todo lo que está llegando; los nuevos sueños, las nuevas formas de movimiento, de pensamiento y sobre todo honrar esta vida que es la misma, pero es nueva a la vez.
y espero que si tú estás atravesando un momento de convalecencia emocional o física te permitas sentir, te permitas buscar la ayuda que requieres, te des el espacio de aprender, de sostenerte, de moverte diferente y sobre todo que en el proceso seas amable contigo, que sepas abrazar lo que fuiste, lo que eres y comiences a elegir y construir con más luz y más claridad lo que quieres de ti en tu futuro.
la realidad actual ya tiene por sí misma muchas situaciones de dolor, estrés y mucho juicio, pero está en ti ser la elección de algo distinto, de crear espacios de amabilidad, de permisión y contribución que impacten a otras vidas y tengo el punto de vista que estos nuevos espacios empiezan a crearse desde uno mismo, desde lo que aprendemos a recibir y a darnos.
te mando un abrazo fuerte y si estás atravesando un momento complicado no olvides que no importa cuán oscuro se vea el mundo; si te tienes a ti, ya lo tienes todo.
con cariño,
Leah ♡





